César Hildebrandt sobre Papa León XIV: "No hay duda de que Robert Prevost no siente simpatía alguna por Dina Boluarte"
El nuevo Papa León XIV demandó en el pasado a Alberto Fujimori para que pidiera perdón por las muertes ocasionadas en Barrios Altos y la Cantuta.
- Comandante general FAP declina volar el caza coreano KF-21
- Mario Cabani confirma pago de US$4,500 por operaciones y pide a Dina Boluarte explicar el origen del dinero

La reciente elección del Papa León XIV ha desatado una ola de reacciones en todo el mundo, pero en el Perú ha provocado un eco particular. Desde Palacio de Gobierno, Dina Boluarte ha intentado posicionarse cerca del nuevo Santo Padre, celebrando con entusiasmo que un ciudadano con nacionalidad peruana haya sido elegido como líder de la Iglesia Católica.
Sin embargo, esa cercanía parece más aspiracional que real. Así lo señaló el periodista César Hildebrandt, “no hay duda que Robert Prevost no siente simpatía alguna por Dina Boluarte”, una afirmación que cobra fuerza al revisar las críticas hechas por el ahora Papa a los abusos del poder y el apoyo a los reclamos sociales que pedían mayor atención por parte del Gobierno.
Boluarte, cuya gestión ha sido duramente cuestionada por violaciones a los derechos humanos y una crisis de legitimidad política, se ha visto forzada a arrimarse simbólicamente a figuras de autoridad moral. Pero el contraste es rotundo.
El Papa León XIV, antes cardenal de Chiclayo, denunció en su momento los crímenes de Alberto Fujimori y, más recientemente, expresó su pesar por la represión violenta durante las protestas contra el actual régimen. En esa línea, según el periodista de 'Hildebrandt en sus trece', lo que para la presidenta es sinónimo de celebración por la coincidencia nacionalista, para el papa sería todo lo contrario, pues representa lo que el actual Gobierno ha dejado de lado: empatía por los marginados, condena a la impunidad y una visión crítica frente a las élites que gobiernan desde la distancia y con indiferencia.
¿Qué significa el nombre León, según César Hildebrandt?
Para César Hildebrandt, el nombre elegido por Robert Prevost como nuevo papa no sería una decisión casual ni ceremonial. En su análisis, cargado de simbolismo, vería en “León XIV” una clara señal de ruptura con el continuismo clerical y un intento por rescatar una voz profética y social que la Iglesia prefirió silenciar durante décadas. Y es que, como lo sugiere el propio periodista en su columna, al invocar a León XIII, el nuevo pontífice estaría reivindicando a un papa que en 1891 se atrevió a denunciar sin rodeos la desigualdad, la usura y la explotación obrera.
Hildebrandt, conocedor de las estructuras de poder y sus contradicciones, interpretaría este gesto como un recordatorio de que la Iglesia —si quiere sobrevivir con dignidad— debe reubicarse junto a los olvidados, lejos de los adornos y los pactos con los poderosos. León XIII, a través de la encíclica 'Rerum Novarum', desafió el sistema económico de su época y reconoció la urgencia de dignificar al trabajador. Que el nuevo papa, con raíces en la realidad peruana más empobrecida, retome ese legado no pasaría desapercibido para Hildebrandt. Más bien, sería una señal de que el pontificado que inicia podría ser incómodo para los gobiernos insensibles, como el de Dina Boluarte, y desafiante para una Iglesia que aún vacila entre la cruz y el capital.