Niña de 10 años muere en extrañas circunstancias: padre acusa a niñera y su esposo
Según el progenitor, su hija habría sido golpeada salvajemente y no falleció por una caída, como le informó la cuidadora por llamada. Ambos sospechosos están inubicables. Exigen su captura.
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Juliaca exige justicia tras la extraña muerte de Yamileth Yanina C.T., una niña de 10 años que, según la denuncia de su padre, fue violentamente golpeada por su niñera Ruth Karina Panca Umiña y su esposo Yorsh Ramírez Pineda. De acuerdo al progenitor, ellos habrían castigado a la menor hasta quitarle la vida por dejar entrar un gato a la cocina, el cual se comió un pollo. El padre señaló que esta versión le fue revelada por su hijo de 12 años, quien habría presenciado los hechos.
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Hermano de la víctima desmintió la versión de los niñeros
Fidel Calizaya Sancco, padre de la menor, narró entre lágrimas que los acusados intentaron ocultar lo sucedido asegurando que la niña había caído del segundo piso. Sin embargo, fue su propio hijo quien desmintió esta versión, contándole que la tragedia fue consecuencia de agresiones.
Niña habría sido violentamente golpeada frente a su hermano
La tragedia ocurrió la noche del domingo 4 de mayo, alrededor de las 8:00 p.m., en la vivienda de los acusados, ubicada en la urbanización Santa Catalina de Juliaca. Allí, la pequeña perdió la vida tras presuntamente ser castigada violentamente delante de su hermano.
Fidel llegó a Juliaca la tarde de este último lunes tras recibir la llamada de los cuidadores, quienes le informaron sobre la supuesta caída. Sin embargo, al llegar solo encontró a su hijo, ya que los acusados habían desaparecido. Fue entonces cuando escuchó de boca del menor lo que habría ocurrido: “mi hermana no se cayó, papá, la golpearon hasta que ya no se movía”, contó Fidel.
Vinieron a Juliaca buscando un futuro mejor
El padre manifestó que hace tres años llegó a Juliaca desde Sina Yanahuaya buscando un futuro mejor. Sin familiares cercanos y tras el abandono de la madre, tuvo que dejar a sus hijos al cuidado de los propietarios del cuarto que alquilaba, pagando 1500 soles por habitación, cuidado y alimentación, confiando ciegamente en quienes ahora están acusados de arrebatarle a su hija.
“Cada 15 días venía a verlos y nunca vi señales de maltrato, yo confiaba en ellos porque no tenía otra opción. Ahora ya no tengo a mi hija. Me la quitaron”, lamentó Fidel.
Agresión habría ocurrido tras perder el pollo
El padre relató que, según le contó su hijo, fue el esposo de la niñera quien golpeó a la menor con una madera, lapiceros y hasta con un objeto caliente, acusándola de haber permitido que se perdiera el pollo por la presencia del gato en la cocina. Según su padre, su hijo le confesó que vivían amenazados y que por miedo nunca se atrevieron a contar la verdad antes.
“Si no fueran culpables habrían venido al velorio, al entierro, al menos preguntarían. Solo me llamaron para saber dónde estaba y escapar”, denunció Fidel, exigiendo entre sollozos que la Policía capture a los presuntos responsables.
Padres de familia exigen justicia
La indignación se extendió hasta la institución educativa primaria N.º 70615 Santa Catalina, donde Yamileth cursaba el quinto grado de primaria. Padres de familia y docentes, con carteles en mano, alzaron su voz pidiendo justicia y máxima sanción para los presuntos responsables, recordando que, en algunas ocasiones notaron que la niña asistía con moretones en el cuerpo.
Rutelia Mamani Quispe, directora del colegio, sostuvo que no se detectaron señales directas de violencia por lo que no se activaron las alarmas de alerta, pero confirmó que Yamileth era una niña tímida y poco sociable. “Necesitamos una investigación profunda. Que esto no quede impune”, exigió la docente.

Pobladores atacaron la vivienda de la niñera acusada. Créditos: Cinthia Álvarez / La República.
La indignación de la comunidad no tardó en estallar. Un grupo de padres y vecinos llegó hasta la casa de los acusados, pero al intentar ingresar descubrieron que las chapas habían sido cambiadas, lo que desató aún más su furia.
“Podría haber sido mi hija. Esto no puede quedar impune. Si cambiaron las chapas es porque están huyendo. ¡Que los metan presos ya!”, declaró una madre de familia, mientras la multitud rompía las ventanas y golpeaba la fachada de la casa en señal de protesta.
Los manifestantes escribieron la palabra “asesinos” en las paredes de la vivienda, exigiendo la intervención inmediata de la Policía, el Ministerio Público y la Defensoría Municipal del Niño y Adolescente (DEMUNA), temiendo que los acusados logren escapar sin ser procesados.